domingo, 25 de mayo de 2014

La política sanitaria europea perjudica seriamente la salud


Hasta los políticos más ignorantes que, por circunstancias de la vida,  acaban enredados en la política sanitaria, hacen referencia a la necesidad de que las decisiones se basen en la evidencia. La actual Ministra del ramo es un buen ejemplo. En un reciente congreso sobre dieta mediterránea acompañada por el siempre prestigioso  Valentín Fuster señalaba la necesidad de “alinear las políticas sanitarias de ámbito europeo y proteger la salud en base a la evidencia científica”.
Bien es verdad que lo de la evidencia no deja de ser un tópico útil, al que solo se alude cuando los resultados concuerdan con nuestras políticas. La ausencia de pruebas sobre la efectividad de la homeopatía no ha sido impedimento para que el gobierno español autorice definitivamente miles de productos homeopáticos por poner un ejemplo.
En los últimos meses se han publicado dos artículos, sumamente relevantes, sobre las consecuencias de ampliar la cobertura sanitaria. Ambos revisan la experiencia de la reforma de Massachussets,  y son trabajos de  grupos de investigación de la universidad de Harvard ( Harvard Medical School, Harvard School of Public Health y Brigham &Woman Hospital).
El primer de ellos , fue publicado en The Milbank Quarterly por Phillip van der Wees y colegas, y su objetivo era el de comparar las tendencias en el estado de salud y el uso de servicios ambulatorios antes y después de la reforma sanitaria iniciada en 2006 en este estado americano  (y que ampliaba la cobertura sanitaria facilitando el acceso a la asistencia sanitaria) en comparación con otros estados de Nueva Inglaterra. Utilizaban para ello un diseño cuasiexperimental con datos del periodo 2001 a 2011, y una muestra de 345.211 personas entre 18 y 64 años. Los residentes en Massachussets declaraban grandes mejoras en el estado de salud general , tanto desde el punto de vista biológico como mental. También aumentó la realización de actividades preventivas. La mejora afectaba por igual a blancos , negros o hispanos, y era especialmente notable entre aquellos con menores ingresos.
El otro trabajo es el del equipo de Benjamin  Sommers  en los Annals of Internal Medicine, en el que analizan la mortalidad por todas las causas y la mortalidad evitable por el sistema sanitario, antes y después de la reforma sanitaria emprendida en Massachussets, comparándolo con un grupo control de similares condiciones demográficas y económicas. Se analizaron cambios en tasas de mortalidad de adultos en condados de dicho estado en el periodo 2001-2005 ( antes de la reforma) y 2007-2010 (post-reforma). La reforma se asoció con una disminución de la mortalidad por todas las causas en comparación con el grupo control, y una disminución absoluta de 8,2 muertes por 100.000 adultos. También disminuyó significativamente la mortalidad evitable.
Nuevamente los cambios fueron mayores en aquellos condados con población con menores ingresos. Análisis secundarios mostraron también mejoras en el acceso a los servicios, cobertura y salud autopercibida. El NNT ( Number Needed to Treat) fue de 830 adultos cubiertos por cada muerte evitada anualmente, bastante mejor que buena parte de las intervenciones que alegremente se prescriben en este país, fomentados por la industria y apoyados por las administraciones.
Como era de esperar ambos estudios, publicados en dos de las revistas más prestigiosas del mundo, han tenido una repercusión brutal en los medios de comunicación americanos. El New York Times señalaba hace unas semanas que si se extrapolaran las disminuciones en mortalidad obtenidas en estos estudios ( 3% en 4 años) al conjunto de Estados Unidos significaría una reducción de cerca de 17000 muertes anuales. Otras fuentes elevaban la cifra a 24.000.
Estos estudios en cambio, no han tenido ningún reflejo en la prensa española, adecuadamente controlada por el poder económico-financiera dominante. El Pais , por el contrario, si se hizo eco de la información relativa a los efectos negativos que tendría para el empleo la aplicación de la reforma Obama, manipulación de datos que fue posteriormente desmontada por Paul Krugman.
Por lo tanto existen pruebas científicas que demuestran que caminar hacia la cobertura universal mejora la salud de las poblaciones; lógicamente desandar ese camino ( lo que lleva haciendo con determinación el Partido Popular en España desde hace dos años) perjudica seriamente la salud; no de los “residuos” a los que se refería Bauman, sino también de todos los que aún estamos a salvo.
La labor de un político es siempre priorizar intervenciones: elegir en que se va a gastar el dinero de los contribuyentes, a quien se va a beneficiar y a quien se va a penalizar, qué criterio se elige a la hora de decidir. La política del gobierno español , dirigida con mano firm desde la Troka, prioriza claramente intereses económicos sobre sanitarios, el bienestar del 1% más rico sobre el 99% más pobre, mejorar la competitividad a base de salarios asiáticos sobre la salud de la población española. Es una decisión completamente legítima. Que debería ser adecuadamente respondida.

(Imagen: Harvard School of Public Health obtenida vía Los Angeles Time)

2 comentarios:

  1. Parece que los datos relacionados con la mortalidad epidemiológica no son relevantes a la hora de cambiar prioridades políticas. De hecho, una mayor morbi-mortalidad en sectores desfavorecidos de la población podría favorecer objetivos de eficiencia. Esto no suena bien, de hecho suena a nazismo, pero ¿cómo llamarle de otro modo a una situación como la mostrada por el índice Gini? Estamos asistiendo a una forma de cruel darwinismo social. En ese contexto, la sanidad pública está abocada al deterioro progresivo. Pero hay algo que creo importante. No sólo los políticos ignorantes participan de las injusticias en sanidad. También muchos médicos que son gestores, directivos, colaboracionistas o silenciosos. Y el gran problema reside precisamente en ese vergonzoso silencio de tantos. No basta con aludir a un precariado médico: pueden unirse. No basta con aludir a que no es un problema mío: lo será. El silencio ante la injusticia por parte de muchos médicos supone complicidad con ella. La responsabilidad será mayor o menor en función de las posibilidades reales de cada cual, pero siempre existirá. No puede eludirse.

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  2. Hace pensar mucho tu comentario Javier. Porque pone el dedo en la llaga. La situación es cada vez más escandalosa y seguimos mirando para otro lado. Somo sotods responsables de lo que está pasando. Por supuesto no todos tenemos el mismo nivel de influencia. pero eso no exime de aportar nuestra peuqñea contribución para cambiar las cosas

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