viernes, 25 de octubre de 2013

1,3%

Top Chef es uno de tantos reality shows americanos , basados en la cocina, que acaban aterrizando en la  programación televisiva española. En este caso, los candidatos son cocineros profesionales (no se admiten “aficionados”) que deben someter sus capacidades al veredicto de un jurado dirigido por un chef sin estrella Michelín ( pero muy mediático). Se espera que los participantes no solo sean buenos cocineros, sino que sobre todo sean capaces de “sorprender” con sus propuestas. Tanta presión por la sorpresa en ocasiones lleva al más absoluto desatino, como cuando tres de los cocineros fueron incapaces de preparar una simple tortilla de patatas, al querer convertirla en algo realmente asombroso ( desde unos blinis a unos raviolis de tortilla).
Uno imagina en ocasiones a los evaluadores de los proyectos  de investigación de este país con una similar obsesión por la búsqueda de la sorpresa a toda costa, donde además de la solvencia metodológica se busca ese plus que significa estar en la vanguardia de grupos punteros en los límites de la realidad.
Acaba de publicarse la “ Propuesta provisional de resolución de proyectos seleccionados y no seleccionados para financiar  de la convocatoria de I+D+i Biomédica y en Ciencias de la Salud en Andalucía 2013 de la Consejería de Igualdad, Salud y Bienestar Social (sic).
Algunos de los proyectos seleccionados cumplen sin duda ese plus vanguardista tan demandado: “Determinación de Una Huella Molecular de Splicing Predictiva en el Desarrollo de Cáncer de Próstata y Su Aplicación en el Diagnóstico y Tratamiento”, “Caracterización Preclínica de Alternativas para la Detección y Tratamiento de Cáncer de Próstata Basados en Nanopartículas Superparamagnéticas de Óxido de Hierro Funcionalizadas Con Péptido Intestinal Vasoactivo (Vip) y Doxorrubicina” ,o  sin duda  “Cloudrehab: Sistema para la Rehabilitación Interdisciplinar de Pacientes Mediante Plataforma Móvil Basada en Tecnología Nube”.
De los más de 650 proyectos evaluados, solo 76 han sido seleccionados (cerca de un 13%). Asumidos los recortes como inevitables, resulta interesante saber donde se producen éstos.   Por distribución geográfica, el 92% de las subvenciones se  reparten en cuatro de las ocho provincias de Andalucía: Sevilla ( 35%), Málaga (25%), Granada (18%) y Córdoba (14%). En las otras cuatro ( Cádiz, Huelva, Jaén y Almería) solo se seleccionaron uno por provincia.
El análisis por tipo de centro y contenido es aún más esclarecedor: el 54% de los 76 proyectos seleccionados procede de centros hospitalarios (nada menos que el 12% del total en un solo hospital, el Virgen del Rocío de Sevilla); un 24% en centros académicos universitarios, y un  22% en centros de investigación básica o clínica resultado de alianzas entre hospitales y universidad. Solamente el 1,3% proceden del ámbito de la atención primaria. Es decir, uno entre 76 proyectos seleccionados, uno de 55 proyectos de atención primaria presentados, uno de más de 650 proyectos evaluados.
No es sorprendente el dato. La trayectoria de la investigación en atención primaria fue cortada de raíz a poco de comenzar, en los años 90, cuando se consideró que no podían existir unidades de investigación en atención primaria, y que de existir deberían estar incorporadas en unidades hospitalarias. Los de primaria entendimos con resignación que ese era nuestro sitio. La atención primaria hace tiempo que dejó de ser una prioridad en las convocatorias. Entre las razones de que solo un proyecto de atención primaria sea financiado en esta convocatoria se encuentra precisamente el que no es una línea estratégica. Se penaliza que los proyectos de atención primaria no suelen pertenecer al prestigioso mundo de las terapias avanzadas, no generan registros de la propiedad intelectual o industrial , no tengan previsto realizar actividades con empresas ni sean estudios de intervención ( ¿el único tipo de investigación posible?), no tengan equidistribución geográfica o perspectiva de género . Si además el grupo no es considerado emergente  sus posibilidades se reducen aún más. Eso sí, la publicación en revistas con factor de impacto suele ser criterio de evaluación en la carrera profesional, aunque se ejerza en una remota pedanía rural.
Es cierto que no es necesario recibir fondos de financiación de ninguna administración sanitaria para realizar investigación de calidad en Atención Primaria. Lo lleva demostrando durante décadas Juan Gervas, de largo el investigador español  más prolijo en revistas científicas con mayor factor de impacto  en el campo de atención primaria si uno busca en Pubmed. Pocas de sus publicaciones son resultados de proyectos financiados por una agencia española.
No pasa nada por no financiar investigación en atención primaria. Como en los concursos gastronómicos es lógico que se busquen experiencias más modernas y excitantes. La atención primaria, para muchos , resulta tan aburrida, como una simple tortilla de patatas, con su aceite , sus huevos y sus patatas ( cebolleta según gustos). Son más estimulantes las “rosas de falsos pétalos comestibles”, como figura en el menú degustación de Quique Dacosta. Pero por favor, no vuelvan a decir que la atención primaria es una prioridad. Porque un 1,3%, un proyecto entre 76 seleccionados demuestra que no lo fue,ni lo es ni lo será.

Conflicto de interés: el autor formaba parte de un grupo de investigación coordinado por Jose Francisco Garcia Gutierrez que no fue seleccionado en esta convocatoria.

(Fotografía: tortilla de patatas deconstruida, ideada por Ferrán Adriá)

1 comentario:

  1. Todavía recuerdo cuando, siendo director de la UGC donde trabajo, nos hicieron redactar un plan Estratégico de I+D+I de la unidad. Una ocurrencia del sr. Jerónimo Pachón.

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