domingo, 14 de agosto de 2011

Patrañas enmascaradas

Las llamadas “medicinas alternativas” llevan tiempo buscando su lugar bajo el sol, una cierta legitimación que les permita salir del lado esotérico en que generalmente se encuentran, para acabar siendo reconocidas como una forma más de terapia: homeopatía, acupuntura, Reiki, bayas de goji, ricas y variadas mercancías que llenan el zurrón de los charlatanes. La creciente mecanización y deshumanización de la medicina “científica” ( aunque, ¿puede llamarse así la recomendación atosigante de prevención primaria de la cardiopatía isquémica ¿) da espacio a este tipo de actividades que aspiran a recuperar los viejos buenos tiempos del trato humano a los pacientes. Algunas administraciones, con el manido argumento de adaptarse a las expectativas de los pacientes, participan en el juego , tolerando e incluso recomendando ciertas de estas prácticas ( guías sobre acupuntura , por ejemplo).
En cualquier caso el cierto descrédito que implica la palabra “alternativa” está llevando a sus promotores a buscar un nuevo nombre, una nueva marca que enmascare su contenido, adaptándolo a los tiempos. La última moda es llamarla Medicina Integrativa ( Integrative Medicine) , término más acorde con estos tiempos de integración, que sustituye a los términos clásicos, bastante desprestigiados por la ausencia de pruebas de su efectividad.
Margaret McCartney es una “GP” escocesa que que libra su particular batalla contra muchos de estas patrañas. Mantiene también un interesante blog en que a analiza muy a menudo la pseudociencia que inunda los medios.Recientemente ha publicado dos comentarios muy interesantes en el BMJ. En el primero (The Scam of integrative medicine) analiza el nuevo chanchullo de la medicina integrativa, desenmascarando la estrategia de algunos de los impulsores de este tipo de iniciativas ( el Director del Centre for Integrative Care de Glasgow) que se arriman al árbol que ahora da más sombra, el de las condiciones crónicas: en palabras de éste último la Medicina Integrativa “ …refleja el trabajo desarrollado en crear nuevos modelos de atención, especialmente en condiciones a largo plazo, con énfasis en estar centrados en el paciente, estableciendo relaciones terapéuticas individualizadas, dirigidas a ayudar a las personas a desarrollar sus fortalezas y facilitar su autocuidado”. Como se ve, apenas falta tópico de moda.
Para McCartney además de ser ineficaces, este tipo de remedios usurpan los rasgos distintivos de lo que es la buena medicina ( el interés integral en la persona enferma), dando a entender que solo en este tipo de medicinas sin fundamento científico alguno se puede encontrar una relación humana y comprensiva.
Pero no son solo las instituciones oficiales las que hacen el juego a los nuevos charlatanes ( como es el caso del NHS según McCartney) sino incluso también las revistas científicas. En su segundo artículo sobre el tema, la médico general escocesa comenta la cobertura y publicidad que da el British Journal of General Practice a un trabajo de Paterson et al (Acupunture for frequent attenders with medical unexplained symptoms) que supuestamente demostraba mejoría en el estado de salud y bienestar mantenido más allá de un año en pacientes con dolor  tras tratamiento con acupuntura., y al que la prensa más sensacionalista ( Daily Telegraph, Mirror) rápidamente le dio difusión.
El estudio analizaba los resultados obtenidos tras 12 sesiones de acupuntura en 26 semanas en 80 pacientes con molestias y dolores vagos para los que sus médicos generales no encontraban causa. El director de la revista Roger Jones justifica su publicación por la escasez de estudios randomizados sobre este tipo de intervenciones. Sin embargo el ensayo no es ciego, la evaluación de resultados se basa exclusivamente en cuestionarios de autoevaluación ,y el análisis estadístico completo estaba solo disponible en la web previo pago de 30 dólares. Aún así, los resultados obtenidos en los dos grupos de estudio son muy similares. Pese a ello una revista tan importante como el BJGP no incluye un editorial que analice críticamente el estudio. Como señala McCartney han sido los blogs de gente tan reputada como Euan Lawson ( (Northern Doctor’s Antidote) o David Colquhoun ( Improbable Science) los que han criticado duramente el trabajo y la línea editorial de la revista. Como concluye McCartney no podemos culpar a los periodistas de publicar historias falsas, si es la propia comunidad científica la que difunde tal tipo de patrañas.

4 comentarios:

  1. Mi primer comentario en tu blog, que sigo regularmente. Agradezco la divulgación de todo aquello que ayude a desenmascarar lo que podríamos llamar "pseudomedicinas". Tu entrada me coge leyendo el libro MALA CIENCIA de Ben Goldacre que trata de someter al método científico a todas estas "terapias". Infructuosamente claro está. El autor es un clásico luchador contra todo tipo de pseudociencias.
    Libro muy recomendable, al igual que tu blog.
    Buenos días.

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  2. Nuevamente estamos ante un post especialmente oportuno.
    Cada cuál es libre de ingerir agua homeopática, de ir a curanderos o de creer en energías cósmicas y chakras. Es triste que haya médicos que vivan de esas creencias. Pero me parece patético que universidades y colegios médicos amparen tonterías como las predicadas por Hahnemann, mezclándolas con términos más modernos, como cuántico, para no decir absolutamente nada pero para atraer a enfermos incautos. Si en su día el colegio de Madrid alertaba sobre los riesgos de darnos la mano o besarnos, ayer en “La Voz del Colegio Médico”, el colegio coruñés amparaba dos páginas de estupideces homeopáticas. Y sí. También ahí hablaban ya de medicina integrada. ¿Qué está pasando? Yo no creo que haya respuestas simples. Puede haberlas desde la vertiente del enfermo desesperado que busca alternativas (curioso el nombre de medicinas alternativas) en Lourdes, en homeópatas o en naturistas. Puede haberlas en el caso de médicos que, de buena fe, crean que su práctica es adecuada. Pero ¿qué ocurre en el caso de instituciones como colegios médicos y universidades? Parece que estamos todos locos y que, como reiteradamente se nos dice en los telediarios, hay que estar atentos a los mercados. Mercados de matrículas en másters universitarios, y mercados farmacéuticos que pueden ver en los productos homeopáticos una buena alternativa (de nuevo este término) al quebranto económico que les pueden suponer los genéricos, auspiciados a su vez por los colegios médicos.¿Cómo un colegio médico en cuya junta directiva están especialistas que tratan leucémicos, reumáticos e incluso moribundos, puede patrocinar que alguien diga que la homeopatía va bien para todo y que hay unos hindúes que investigan su uso en el cáncer? La homeopatía es inocua, como el agua de la fuente, pero no barata, y potencialmente dañina si aleja al paciente de una posible terapia racional ¿Quién maneja los hilos de tanta estupidez cara?

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  3. Muchas gracias Xavier. Es un lujo tenerte aqui. No he leido aún el libro de Goldacre, pero le sigo habitualmente por Twitter y en su blog. Debe ser muy esclarecedor. Espero pillarlo en cuanto pueda. Gracias por la recomendación
    Un saludo cordial

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  4. Tienes razón Javier.
    Más que pacientes de poco conocimiento sobre pruebas y tratamientos, e incluso de médicos bien intencionados pero ignorantes, los principales responsables siguen siendo, desde mi humilde punto de vista, aquellos que crean opinión, y los que deberían refutar patrañas.Y son prensa, políticos sanitarios los que más contribuyen a la inflación de este tipo de desatinos, y colegios y supuestas universidades los que en vez de desenmascararlos los fomentan. Imagino que hay un importante granero de votos o intereses que precisan cuidado para que al responsable no le muevan la silla...o quizá es que su desconocmiento también les lleva a creer en supercherías

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